11 errores mas comunes que pueden cometer los padres relacionados con la salud oral de sus hijos:
- Higienista Dental
- 1 mar 2013
- 10 Min. de lectura
En este artículo recopilaremos los errores mas comunes que pueden cometer los padres relacionados
con la salud oral de sus hijos:
1. No cuidar los dientes de leche
2. No tratar las caries de niños y padres
3. Retrasar la primera consulta dental
4. Usar pasta dental sin flúor
5. Darles agua embotellada o sin flúor
6. Dejar que el niño se cepille los dientes por sí mismo
7. No limpiar la lengua de los niños
8. No usar el hilo dental
9. Alimentar al niño justo antes de irse a dormir
10. Darles demasiados alimentos dulces y con elevada acidez
11. Ofrecerles refrescos o "snacks" en exceso
La caries es la enfermedad crónica más común entre los niños. Además de haberse cambiado los hábitos de alimentación y el cambio de procesos en los alimentos.
La caries dental es una enfermedad prevenible y tratable. Es por ello que es crucial empezar a cuidar los dientes de nuestros niños desde que son bebés y fomentar buenos hábitos de salud oral en el hogar.
Muchos padres desconocen que la salud de los dientes y la boca puede impactar la salud y bienestar general de los niños. Por ejemplo, si el niño sufre un dolor crónico debido a la caries y no se trata, este puede afectar el habla y los hábitos alimenticios. Es posible además que afecte su rendimiento escolar, ya que debe faltar a sus clases por varios días.
Un grupo de expertos en odontología infantil, radicados en Estados Unidos, señalan errores comunes que han identificado entre sus pacientes latinos. Los expertos ofrecen también alternativas y consejos para que tus niños gocen de una óptima salud oral.
1. No cuidar los dientes de leche
El mayor mito que observo es que no hay necesidad de limpiar o cuidar los dientes de leche porque de todas maneras se le van caer al niñ. La prevención es esencial para mantener los dientes de leche o temporales sanos. Se recomienda que el cuidado dental empiece temprano, tan pronto le sale el primer diente al bebé (para la mayoría de los bebés alrededor de los 4 a 6 meses).
Es vital que los dientes de leche que tengan caries sean restaurados, a pesar de que con el tiempo, estos se pierden. A algunos bebés cuando les brotan las muelitas de leche, que son las últimas en salir, estas ya salen infectadas porque el cuidado dental había sido hasta entonces escaso o nulo.
Además, las mismas infecciones que sufren los dientes de leche se transmiten a la dentición mixta y permanente. Muchos papás creen que los dientes de leche no necesitan atención porque se caerán muy rápido. Sin embargo, a muchos niños, sobre todo a los niños, las últimas muelas se les caen hasta los 12, 13 y hasta 14 años.
Los dientes de leche son también muy importantes porque guían a los dientes permanentes al lugar adecuado evitando una alteración en la mordida y alineación.
2. No tratar las caries de niños y padres
Para el dentista pediátrico Tyrone Rodríguez, fundador de la clínica dental SmileSonrisaS Dental, en Moses Lake, en el estado de Washington, el mayor mito con el que se ha enfrentado es que "muchos padres piensan que las caries se pueden eliminar con el cepillado".
Ninguna pasta dental o medicamento puede curar la caries dental, una infección bacteriana que continúa hasta que se trata. La caries aparece en los dientes como manchas blancas, depósitos de placa o sarro y puede llegar a causar pequeñas fracturas o cavidades. El dentista debe eliminar el tejido dañado y enfermo y posteriormente, rellenar el diente con alguna pasta o amalgama especial.
El mito de aue si cepillamos mucho las caries se quitan es falso, únicamente en alqulla lesiones cariosas que se encuentra en su inicio y que afectan ligeramente el esmalte pueden permanecer bajo una vigilancia siempre y cuando están siendo controlados de que no sigan creciendo mediante un correcto cepillado y revisiones al dentista.
Asi que la creencia de que el cepillado acaba con la caries también puede verse reflejado en el alto índice de casos de caries que no reciben tratamiento entre los niños.
Muchas personas desconocen que la caries es una enfermedad infecciosa y transmisible. No solo es importante tratar las infecciones bucales de los niños, sino también el de su entorno familiar y las personas que los cuidan, etc.
El principal culpable de la caries, es una bacteria llamada Streptococcus mutans, y muchos estudios demuestran que, la colonización temprana de la boca del niño por dicha bacteria es a través de la saliva de los adultos, especialmente de las madres, al compartir utensilios, compartir comidas a mordiscos, limpiar el chupete o biberón con saliva, soplar la comida para enfriarla o besarlo en la boca.
3. Retrasar la primera consulta dental
La Academia Estadounidense de Odontología Pediátrica (AAPD por sus siglas en inglés) recomienda que los niños acudan por primera vez al dentista al cumplir su primer año.
Las visitas periódicas al dentista ayudan a detectar y controlar problemas potenciales y a través de estas, el dentista te enseñará cómo cuidar y limpiar de manera correcta los dientes de tu pequeño. Precisamente por los falsos mitos mencionados antes, hacen quitar la importancia de llevar los niños a una revisión dental.
4. Usar pasta dental sin flúor
Otro de los problemas más comunes que se ha identificado entre pacientes infantiles es el uso de pasta dental sin flúor, un mineral que refuerza el esmalte dental haciéndolo más resistente a la caries.
Se recomienda esperar a que el niño tenga al menos 2 años de edad, antes de empezar a lavarle los dientes con un dentífrico fluorado. La cantidad de pasta dental en el cepillo debe ser pequeña (una bolita del tamaño de un guisante es suficiente).
La duda de muchos padres es si es necesario enjuagar la boca del niño después del cepillado. La recomendación es que, antes de los 2 años, le pases al niño una toallita húmeda por la boca después de cepillarle los dientes. Y después de los 2 años, recomienda que le enseñes a tu niño a escupir después del cepillado, pero que no le enjuagues la boca porque de esa manera se elimina el flúor que se queda en la dentadura, el cual sirve para endurecer el esmalte dental.
Algunos padres temen que sus hijos desarrollen fluorosis dental, una condición que aparece como el resultado de la ingesta excesiva de fluoruro durante el periodo de desarrollo de los dientes. El flúor no representa un riesgo a menos que se consuma en grandes cantidades. Además los riesgos de las caries son mucho mayores que los que representa la fluorosis dental, lo que si hay que comprobar es que la pasta tenga una cantidad de flúor adecuada para la edad del niño. Para ello existen pastas creadas solamente para ellos.
5. Darles agua embotellada o sin flúor
El Banco Interamericano de Desarrollo encontró, en un estudio publicado en el 2011, que los mexicanos utilizan 127 galones (3.8 litros cada galón) de agua embotellada por persona al año, más de cuatro veces el consumo de agua embotellada en Estados Unidos. La desconfianza del agua de grifo en ese país es tanta que algunos padres optan por bañar a sus bebés con agua embotellada.
Sin embargo, la realidad en Estados Unidos es muy distinta, ya que el agua de la llave de muchas regiones es de muy buena calidad y contiene flúor.
Varios estudios demuestran que la fluoración del agua potable previene la caries en un 25% en niños y adultos. Eugenio Beltrán, dentista pediátrico y epidemiólogo del CDC, explica que entre el 60% y 70% de las comunidades que cuentan con sistemas de agua potable en Estados Unidos, tienen agua fluorada.
Si vives en una comunidad sin suministro de agua con fluoruro, hay otras alternativas para que tu niño obtenga el flúor necesario para fortalecer sus dientes como nutrientes o complementos en pastilla.
Y si en tu localidad sí cuentan con agua potable fluorada, pero no confías en su calidad, puedes hervir el agua. Este método permite que el flúor permanezca en el agua. Algunos filtros acaban con el flúor. Para mayor seguridad, pregunta a la compañía que fabrica tu filtro o el que piensas comprar, si el flúor es extraído del agua filtrada.
6. Dejar que el niño se cepille los dientes por sí mismo
Es imposible que los niños pequeños se cepillen los dientes de manera correcta por sí solos. La mayoría de ellos se meten el cepillo a la boca con la única intención de chupar o comerse la pasta de dientes, que probablemente tiene un rico sabor a fresa. Así que la ayuda de los padres es esencial, especialmente cuando son muy pequeñitos.
Además si los niños se cepillan la boca sin la supervisión de un adulto, es posible que lo hagan de manera rápida y no durante 2 minutos, como lo sugieren los dentistas. Asimismo, se recomienda que los niños se cepillen los dientes por lo menos 2 veces al día, siendo la de la noche la mas importante de todas.
No es sino hasta alrededor de los 8 años, cuando los niños pueden cepillarse los dientes por sí mismos, dicen los expertos. Pero aun después de esa edad, los papás deben ver que los niños se cepillen los dientes de manera correcta y también recordarles que lo hagan.
Les recomiendo a los padres que se cepillen los dientes con su niños y que pongan una cancion mientras dura o bailen mientras lo hacen. Se puede convertir en una actividad divertida.
7. No limpiar la lengua de los niños
Es común que se olviden de limpiar la lengua de los niños cuando les cepillan los dientes. La lengua alberga gérmenes y si no limpiamos esos puntitos blancos en la lengua de los niños, toda esa bacteria se queda ahí y se pasa a los dientes.
8. No usar el hilo dental
El cepillado adecuado y con regularidad ayuda a eliminar la mayor parte de la placa dental. Sin embargo, el cepillado no llega a todos los rinconcitos donde hay placa, como en los espacios entre los dientes. Los dientes de los bebés y niños pequeños suelen no estar pegados entre sí, de manera que no es necesario usar el hilo dental entre esos dientes porque el cepillo entra en esos espacios.
A medida que el niño crece esos espacios se irán cerrando. Así que es importante que fijarse en cuáles son los dientes que sí están pegados para que se use entre estos el hilo dental. La recomendación es que se pase el hilo dental por los dientes cuando le hayan salido todos los dientes principales o bien, cuando los dientes se toquen entre sí.
Por eso a través de las radiografías es la unica manera de detectar muchas caries en los niños entre medio de sus dientes y eso se debe principalmente a la falta de uso del hilo dental. Los padres se sorprenden porque creían que sus niños no tenían caries ya que no había dolor ni manchas discernibles.
El niño necesitará que lo ayudes con el hilo dental hasta que tenga alrededor de 10 años.
9. Alimentar al niño justo antes de irse a dormir
Muchos padres aseguran que les lavan los dientes dos veces al día a sus hijos , en la mañana y en la noche. Pero se descubre que es común que después de lavarles los dientes en la noche, vuelven a tomar algo ya sea con leche artificial azucarado o leche materna.
Lo que es más grave incluso que alimentar al niño justo antes de dormirlo y no lavarle los dientes posteriormente, es dejarlo que se duerma con el biberón en la boca. A esto se le conoce como el "síndrome del biberón", el cual se considera como una de las causas principales que genera la caries entre los niños pequeños.
El zumo, la leche artificial o materna que se mantiene estancada y en contacto con sus dientes durante la siesta o por la noche puede deteriorarlos y debilitarlos, lo que aumenta las probabilidades de la aparición de caries.
10. Darles demasiados alimentos dulces y con elevada acidez
Existe una relación directa entre el consumo de azúcar y la caries dental. Es sumamente importante limitar el consumo de azúcar, lo que incluye jugos, caramelos y alimentos dulces o golosinas de todo tipo, especialmente los que tienen una consistencia pegajosa que pueden adherirse con más facilidad a los dientes.
Los 5 alimentos que más dañinos son para los dientes de los niños los llamamos "las 5 C" porque en inglés todos inician con esa letra:
Caramelos (que incluye todo tipo de golosinas como dulces bombones, gominolas y fruta seca).
Cereales azucarados o que contienen colorantes artificiales o miel (procura darle cereales con fibra o con bajo contenido de azúcar).
"Chips" o patatas fritas.
Cookies que son las galletas con contenido de azúcar.
Coca-Cola o cualquier refresco (éstos contienen mucha azúcar y ácido).
Hay que tener en cuenta que todos los alimentos que se pegan a los dientes aumentan el riesgo de caries. Es por eso que los especialistas recomiendan evitarlos y optar por los alimentos que desaparecen de la boca rápidamente.
Otra cosa que debes evitar es endulzar los chupetes o tetinas del biberón con miel o azúcar porque puede causar serios problemas en dientes y encías. Además no es recomendable darles miel a los niños menores de 1 año. Pero los alimentos dulces no son los únicos enemigos de los dientes. Los alimentos con elevada acidez también son muy perjudiciales. Y es que los ácidos generan en la boca un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias que causan la caries.
Si a tu niño le gustan mucho los alimentos ácidos (los frutos cítricos como la lima, el limón o la naranja) no dejes que los coma durante todo el día, sino que procura dárselos durante los horarios habituales de las comidas. De esa manera podrás disminuir la cantidad de tiempo en que el ácido está en contacto con los dientes. Y por supuesto, el cepillado es esencial después de que los come.
También los zumos naturales, en especial si son ácidos como los de limón, naranja o uva, pueden ser nocivos para los dientes porque dañan el esmalte.
11. Ofrecerles refrescos o "snacks" en exceso
Al comer muchas veces al día, se mantiene una excesiva producción de ácidos que atacarán sus dientes y disminuye el pH de la saliva que protege el medio oral. Es por eso que es esencial limitar no solo la cantidad sino también la frecuencia de "snacks" durante el día.
El comer un pedazo de queso después de cada comida ayuda a contrarrestar la acción de los ácidos producidos por los alimentos ricos en carbohidratos que se ingirieron en la misma comida.
El yogur que contiene probióticos o bacterias de diversos tipos que se consideran beneficiosas para el cuerpo y que contrarrestan la bacteria nociva en la cavidad oral y el tracto digestivo.
Los Vegetales crudos crujientes (como el apio o la zanahoria).
Agua (en lugar de zumos).

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